Tamara, la madre del bebé nacido en España por trasplante de útero: "Parece un sueño"

Jesús, el primer bebé nacido gracias a un trasplante de útero en España
Jesús, el primer bebé nacido gracias a un trasplante de útero en España
HOSPITAL CLINIC BARCELONA
Jesús, el primer bebé nacido gracias a un trasplante de útero en España

Tamara Franco, de 34 años, quería ser madre desde que era una niña. pero le diagnosticaron síndrome de Rokitansky, un trastorno congénito del aparato reproductor femenino que afecta a 1 de cada 5.000 mujeres en el mundo. Estas mujeres ya nacen sin útero y sin trompas de Falopio, (por tanto, no pueden quedarse embarazadas). Tienen ovarios y deseo sexual, pero no tienen la regla. Sin embargo, Franco ha podido tener un hijo, de nombre Jesús, gracias al primer trasplante de útero pionero en España.

Tamara explica que desde pequeña quería ser madre. "Me gustan muchísimo los niños. Siempre le pedía a mi madre un carrito y muñecas por los Reyes. Ser madre era su "gran ilusión". Sin embargo, con 15 años supo que no podía serlo. "Recibir el diagnóstico fue muy duro", cuenta esta ser madre. "Lo pasé muy mal, he llorado muchísimo".

En el año 2014 Tamara Franco vio en televisión que la técnica que ahora se ha empleado para ella, el trasplante de útero, se realizaba en Suecia. "Pensé en irme allí a realizarlo allí, pero entonces vi que el Clínic de Barcelona el doctor Francisco Carmona estaba preparándose para realizar un trasplante de útero y me puse en contacto con él. Le conté mi historia y me llamó al día siguiente".

Empezaba ahí todo un periplo de pruebas para ella y su hermana (que le acabó donando su útero). Por último, el 5 de octubre de 2020 se realizó el trasplante. La cirugía duró 20 horas y fue un éxito.

"Ser la candidata ideal fue un paso más a este gran sueño, tuve mucha suerte de que me eligieran", asegura en un vídeo difundido por el Clinic.

Dos meses después de la cirugía, la paciente tuvo la regla por primera vez y su recuperación fue normal y, como cualquier persona con un órgano trasplantado, con un tratamiento de inmunosupresores. Sin embargo, había que esperar 6 meses, desde la primera regla, para poder realizar la primera transferencia de embriones (que ya se habían recogido previamente). Tamara se quedó embarazada, pero tuvo un aborto en la semana 8 de gestación. 

"El aborto me desanimó, pero después recobré las fuerzas para seguir adelante", ha explicado.

Al cabo de unos meses, y Tamara Franco se contagió de la COVID-19 (leve) y hubo que esperar antes de realizar la cuarta transferencia con nuevos embriones. Finalmente, se pudo realizar una nueva fecundación y se quedó embarazada de Jesús.

Por cesárea y prematuro

El embarazo fue de riesgo y estuvo vigilado por un equipo multidisciplinar de ginecología y medicina maternofetal. Esta madre dice que iba a cada ecografía con miedo. De hecho, tuvo como complicación una disfunción del endotelio (la monocapa que separa los tejidos de la sangre). 

Una vez diagnosticada esta afectación, y manteniendo la máxima seguridad, el equipo médico decidió programar una cesárea convencional en la semana 30 de gestación. 

La cesárea se realizó sin complicación alguna y el bebé, en Jesús, nació con un peso de 1.125 gramos y con la maduración pulmonar y la protección neurológica que requieren estos bebés. Ingresó en la UCI de Neonatología y continuó allí 43 días para protagonizar un desarrollo sin complicación relevante atribuible a la prematuridad.

El propio doctor detrás de esta gesta, el doctor Francisco Carmona, reconoce en el vídeo que le costó no llorar en el parto. "Los cirujanos no lloran, pero las personas sí, me costó mucho no llorar". Y explica que tan solo hay diez o doce equipos médicos en el mundo capaces de realizar esta técnica reproductiva.

Cuando le enseñaron el bebé nada más nacer a la madre ella explica que solo acertó a pensar: "¿Esto es mío? Después de tanto tiempo luchando no te lo crees. He sido madre de un niño. Parece un sueño".

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